En los bordados de esta música, Dasca,
están los bellos acordes de mi espíritu.
Juego de ideas, sílabas y ritmos,
todas las puertas se abren al antojo
musical de esos ojos jamás imaginados.
Los milagros van y vienen cual mareas,
cuando tu boca con voz que fluye de los mares
pronuncia el nombre de las cosas.
Poema que te escribo casi a oscuras,
porque mi luz en sol mayor te pertenece,
igual que todo lo palpable de mi alma,
o la inconcevible ternura de mi nombre.
Dulce música bailable y negra,
que hicera olas en tu cuerpo
y llenara de giros y de alas
el aire transparente de los sueños.
Poema en sol mayor, que donde estés
te bendiga y pinte de luz
tus constelaciones ocultas.
Así, en los bordados de esta música
quiero que quede mi promesa de amor:
insomne, Dasca, y lúcida.
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