Hay un tiempo para cada cosa, para la vida y para la muerte.
Un tiempo para la flor y un tiempo para el invierno.
Pero la eternidad no tiene tiempo alguno
ni acaso se dirija a ninguna parte.
Por eso vive como si fueras a morir hoy mismo
y ama todas las cosas que lo merecen,
pues ni el ocaso ni el amanecer son tuyos.
2 comentarios:
Ni el tiempo ni el corazón.
Ni el tiempo, ni el corazón.
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