Un día triste este tres de Enero. Uno de los días más tristes de mi vida. Un día de esos en que te duele hasta el aire y la saliva, y el deseo se fue sin avisarnos de este extraviado mundo hacia el otro, donde ya no sabemos ni perdernos. Hoy tres de Enero se fueron para siempre de esta vida dos de mis sueños más dichosos, y los besos dormidos para siempre se quedaron en la boca de todos, en la boca de nadie. Hoy tres de Enero me desuella el silencio hasta los ojos, las lágrimas no saben de otro llanto, ni tienen las manos más ofrenda que este abismo de sangre donde se ahogaron mis estrellas y naufragó el destello de una promesa cierta y generosa.
Hoy tres de Enero es un día triste, de los más triste de mi vida, y ni siquiera repica el campanario sus campanas, ni lloran los ángeles custodios, ni enmudecen los vientos.
Hoy tres de Enero de dos mil quince, la orfandad de su carne inocente se hizo para siempre nada.
Y no curan hoy los libros ni las fórmulas ni los teoremas ni los versos ni las palabras ni los amores ni las promesas.
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