miércoles, 16 de diciembre de 2009

ver-bos

Miro, recuerdo, despierto, merodeo
por sitios que no conozco, doy vueltas
apenado, ignoro, reconozco, miro.
Me consuelo, desespero, hablo
con el silencio, conmovido.
Pienso, me estrujo las manos,
me detengo, siento cosas
que no puedo escribir, roto,
arrebujado, sorprendido.
Y verbalizo ecos... mudos,
y verbalizo sombras... solas.

la luz es ciega

Si la mar te viera, mujer de la meseta, si la mar
supiera tu nombre, mujer amada por el sol, de la edad
de las estrellas. Si la mar tuviera el pulso de tu sangre,
mujer amada por niños de todas las edades y países.
Si supiera la mar que te has hecho nube de verdad, viento,
caricia de la naturaleza; si viera tu corazón tan detenido,
volando ahora invisible, más allá de la tierra y del olvido.
Si la mar pudiera llevarte y traer tu ternura o la misericordia
de tu nombre, y todos los barcos del mundo se despidieran de ti,
mujer de la meseta silenciosa. Si tuviera la mar del universo la piedra
más preciosa jamás vista, no estarían tan solas tus manos
ni tan lejanos y anochecidos, madre, mis ojos de tristeza.