jueves, 21 de abril de 2011

poe mâ

Si las palabras fueran ciertas
y el silencio de colores fuera,
sería de colores y sonidos el poema
y feliz aquel tiempo de lecturas
en que éramos sueño de la materia,
seres incomprensibles de sonrisa abierta,
capitanes de barcos sin brújula,
amantes de labios trémulos, estrellas
que delimitaban los caminos con luz viva.
Si las palabras fueran ciertas,
lo que escribo ser leído mereciera
y lo que leo ser creído con firmeza.

domingo, 10 de abril de 2011

En España hay tantas editoriales como escritores y, según los críticos, los editores y hasta los mismos escritores, buenas editoriales, excelentes escritores y lectores a los que no suelen calificar o adjetivan de manera poco afectiva. Escribo sobre las editoriales, los escritores, los críticos y los lectores porque en España, donde nací o me nacieron, los escritores que merecen la pena se cuentan con los dedos de una mano, los críticos imparciales, también, y en cuanto a los lectores, pues no somos muchos ni muy avezados ni tampoco muy importantes, al parecer, porque las editoriales publican libros de extranjeros y de muertos, en general, puesto que eso les resulta más vendible y más rentable; los escritores escriben casi todos en su propia casa o editorial; los críticos en su propia revista o periódico y, en cuanto a los lectores, leen más periódicos gratis y de noticias absurdas y poco contrastadas ni pensadas, que novelas, poemas, cuentos o cualquier otra manifestación literaria.
En España además, las editoriales, los escritores, los críticos y hasta los lectores se dividen o toman partido por la izquierda o la derecha,con lo que siendo tan pocos y tan malos, se tornan encima políticos de poca monta, tertulianos de salón de pasos pintados, intelectuales de izquierda o literatos fachas. En fin, que en España, donde nací o me nacieron, lo que de veras mueven el cotarro editorial no son los escritores ni los lectores, sino las subvenciones, las pretensiones y la listeza de los que sin pies ni cabeza dan coherencia económica al absurdo de tener más mercancía que mercaderes, más producción que consumo, más adoradores que oro.

jueves, 7 de abril de 2011

De los poetas españoles vivos creo que no hay más de dos que me interesen. Y poeta, lo que se dice poeta, lo es sólo uno. De los prosistas o novelistas, dos exactamente (que no he leido mucho y nada me leyeron).
Murieron los padres,
los abuelos, el niño
que fuimos alguna vez,
el rebelde, el pacífico;
murieron amigos
y enemigos sin querer
o queriéndolo alguno.
Y murieron los soldados
que fueron a vencer
y los vencidos.
Lejos, lejos de mí,
lejos de todo. Lo dijo
el poeta de Valladolid:
"Lejano Pedro",
y lo confirma este viento,
esta música, esos ojos
que acaso no me han visto,
de silencio.
Lejos, lejos de mí,
lejos de todo.
ASÍ,
SOLO,
CONMIGO.