viernes, 16 de marzo de 2012

Rafael Sánchez Ferlosio

¡Justamente no hay sangre más vendida, traicionada y pisoteada que la de los muertos cuya memoria y cuyo honor se esgrimen, con voz amenazante, para imponer silencio a cerca de la causa por la que murieron y, en consecuencia, escudar la impunidad de los que los lanzaron a morir!

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