sábado, 10 de agosto de 2013

Castillitos de papel

Hasta hoy no tuve ganas de regresar a este lugar o sitio, encerrado como estaba en ese castillo que a veces invento o sueño sin apenas ser consciente de tal hecho. Hasta hoy -día de tormentas- no tuve ganas de escribir en esta página de espumas o de pétalos, encerrado como estaba en ese castillo, de donde sólo salgo a visitar a los muertos o a los moribundos. Quizá alguno de estos truenos que me inquietan me abrió la puerta de la luz.
Crear, aunque sea dentro de un castillo no es fácil; por eso ser artista tampoco resulta sencillo, aunque sea inevitable, muchas veces. Hay quienes intentan crear lazos y quienes intentamos lo contrario. A muchos les gusta opinar y criticar; a otros muchos les gusta mirar. Yo, por  ejemplo, disfruto creando nombres para objetos y cosas que no sé si existen, y títulos para libros que no escribo, claro. Incluso me deslumbro con la idea de encontrar un país sin  habitantes ni civilización ni cualesquiera de esas taras y tareas que hemos implantado los humanos en este planeta. Ya sé que las posibilidades de encontrar ese remoto país son escasas y hasta mínimas; pero es que nací para creer y crear lo que los diccionarios definen como utopía.
Hasta hoy no tuve ganas de regresar a este lugar o sitio, encerrado como estoy en este castillo, del que perdí las llaves hace ya más de cincuenta años.

No hay comentarios: