sábado, 15 de noviembre de 2014

DPH

Hoy se  me  llenó de frío  negro  la sangre  roja, y  supe que  tus deseos  me  traicionan, supe que  tu  amor me pertenece,  pero  no  me pertenecen  sus auroras  ni  sus  ocasos;  ni conozco las  piedras del  camino que  surge ante ese  horizonte que  ya  no  ven  mis  ojos ni  tocarán  mis manos.

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