Muchas cosas nos dejaron
las antiguas profecías:
dijeron que en nuestros días
será lo que Dios quisiere.
Su lloviere hará lodos
y será cosa de ver
que nadie podrá correr
sin echar atrás los codos.
El que tuviere tendrá,
será el casado marido,
y el perdido más perdido,
quien menos guarda y más da.
Las mujeres parirán
si se empreñan y parieren,
y los hijos que nacieren
de cuyos fueren serán.
Volaráse con las plumas,
andaráse con los pies,
serán seis dos veces tres.
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