lunes, 10 de diciembre de 2012

Don Francisco de Quevedo Villegas (EL MUNDO POR DENTRO)

Es cosa averiguada (así  lo siente Metrodoro Chio  y  otros  muchos) que  no se sabe  nada,  y que todos son  ignorantes;  y aun esto  no se sabe de cierto, que a saberse  ya se  supiera algo: sospéchase. Dícelo así el  doctísimo Francisco  Sánchez,  médico  y  filósofo, en  su  libro   cuyo  título es: Nihil scitur: No se sabe  nada. En el  mundo,  fuera de los  teólogos,  filósosfos y   juristas, que atienden a la verdad  y al  verdadero estudio,  hay algunos que  no saben  nada y estudian  para saber, y  ésos  tienen  buenos deseos y  vano ejercicio,  porque al  cabo sólo  les sirve el estudio de conocer cómo  toda  la verdad la quedan  ignorando. Otros hay que  no saben  nada,  y no estudian  porque  piensan que  lo saben  todo. Son  déstos  muchos  irremediables: a  éstos se les  ha de envidiar el  ocio y  la satisfaccióny  llorarles el  seso. Otros  hay que  no saben  nada  y dicen que  no  saben  nada,  porque  piensan que saben algo de verdad,  pues  lo es que  no saben  nada,  y  a  éstos se les  había de  castigar  la  hipocresía con  creerles  la  confesión. Otros hay (  y en  éstos, que  son  los  peores, entro  yo) que  no saben  nada,  ni quieren  saber  nada,  ni  creen  que se sepa  nada,  y dicen de todos que  no saben  nada, y  todos dicen  dellos lo  mismo,  y  nadie  miente.

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