ÁRBOL AGÓNICO
El árbol que en mis ojos sufre y crece
espera tus palomas deslumbradas.
Sin frutas, con las hojas desoladas
extático se eleva. No florece.
Sin la sangre celeste. Permanece
siempre estéril, las ramas desgarradas
como arterias en flor, deshabitadas:
vestigio de otro mundo que perece.
Vestigio de mi horror cristalizado
en lamentos sin voz; duros fulgores
metálicos que cubren la tortura
Eterna de este monstruo maniatado
que extiende ya reseca su locura,
bajo un cielo sin luz y sin clamores.
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