Dónde habita el niño
que aún vive en mí,
dónde amanecerán sus sueños,
dónde tendrá la noche
sosiego para él.
En qué lugar hallarán
sus manos miel,
sus ojos la verdad
no enturbiada / por lo falso.
Dónde habita el niño
de valor inmenso
que yo fui.
En qué lugar
nos hallaremos,
asombrados / por la muerte,
peregrinos tal vez.
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