viernes, 2 de noviembre de 2007

confusión y miedo

Sí, tú lo dijiste: confusión y miedo. Pero yo te digo que no soy una persona confundida ni un ser medroso. Sucede que vivo, a mi pesar, en un mundo de confusión perpetua e interesada, donde se impone la fuerza bruta de muchos a la verdad sincera del individuo como tal; lo impío y lo injusto, disfrazándose de lo contrario, a la piedad y la justicia.
Sí, tú lo dijiste: confusión y miedo. Pero yo te digo que no soy una persona confundida ni un ser medroso, sino un ser de lejanías, una persona que no encaja en el mundo, en este mundo.
Si te dijera la verdad, mi verdad, y te hablara de mis sentimientos, de mis sensaciones, sé que te asustarías, porque la verdad y los sentimientos de alguien único, sino reflejan y se adaptan a la verdad y a la manera de sentir de un colectivo, de una sociedad amplia, de un mundo indigno como éste, asustan.
Ya sabes: "el poderoso teme a los lobos sin dueño", que canta y repite Pablo Guerrero, y que sobre el nido del cuco no siempre vuelan pájaros de buen agüero ni es posible siempre la vida sin confusión, sin miedo, sin violencia.

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